¿La cultura de la colaboración es posible lograrla en el siglo XXI?
En las empresas, instituciones intermedias, sociedades anónimas, hospitales, bancos, Institutos de Formación, y aún en las familias, etc., pueden existiir tensiones, es decir, fuerzas diferentes que actúan con propósitos distintos.
Una de esas fuerzas positivas se encuadran en el ¨principio de colaboración¨
Lo positivo es cuando la colaboración en una organización se convierte en cultura, es decir, en un modo de ser, en un modo de actuar, de los integrantes de tal o cual institución. Una de las tareas esenciales de un Gerente o Director de empresa, etc., es asegurarse que la cultura de la colaboración se consolide en la institución que conduce.
VENTAJAS QUE PROPORCIONA LA CULTURA DE LA COLABORACIÓN:
- La colaboración es una respuesta productiva a un mundo en donde los problemas son imprevisibles, las soluciones no son evidentes y las demandas y expectativas se intensifican
- Produce la reducción del exceso de trabajo, ya que permite compartir las cargas y presiones que se derivan de las demandas de trabajo intensificadas y del cambio acelerado. Evitando que toda las responsabilidades y tareas recaigan sólo sobre algunos, mientras que otros están exentos.
- Acciones sincronizadas (ver en este sitio el vuelo de los gansos. Trabajo en equipo). Todo lo que se realiza en la institución está más coordinado. Se evita el desgaste de la improvisación, de los desacuerdos, de las respuestas superficiales y confusas, etc. Tiene la ventaja de enriquecer la comunicación entre los actores de trabajo y crea expectativas comunes y realistas en la organización del trabajo en función del cambio positivo. Todos pueden sentirse copartícipes en las distintas áreas de la empresa, etc.
- Tiene la ventaja de clarificar los roles, haciendo del trabajo en su conjunto, una posibilidad de crecimiento institucional. Pero, también, de crecimiento de cada uno de los que trabajan allí.
- Aumenta la capacidad de respuestas de la organización. Pues, permite responder con eficacia y prudencia a las cambiantes limitaciones y oportunidades del contexto.
- Ofrece un apoyo real a la institución, pues, cada uno se va a manifestar tal cual es, permitiendo que los aspectos vulnerables y débiles se pongan en común, se superen los fracasos y frustaciones, consolidándose las fortalezas en el trabajo cotidiano.
- Crece la autoestima de cada integrante de la empresa, institución, etc, cuando se practica la cultura de la colaboración
- Se estimula el análisis, la discusión de los problemas, el desacuerdo momentáneo, hasta que se pueda acordar racionalmente. La cultura de la colaboración enriquece la flexibilización en el pensamiento.
- Mejora gradualmente el estilo de gestión de los integrantes de la empresa, asumiendo sus errores, limitaciones y potenciando las capacidades
Éstas son algunas alternativas reflexivas para enfrentar la cultura del individualismo. Pues, frente a la cultura de lo complejo, es difícil responder desde el individualismo crónico y alienante que a veces se instalan en las instituciones, empresas, etc.
Sin dudarlo, la cultura de la colaboración vale la pena su práctica, aunque siempre se puede optar por usar la energía para dejar el mundo quieto. Está en vos, paciente lector, que la cultura de la colaboración sea una realidad!
Jorge Alberto Herrera
Fuente: Tesis presentada por el autor y Aprobada el 22 de mayo 2002, en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), en la Maestría de Gestión Educativa.
3 Comments to “¿La cultura de la colaboración es posible lograrla en el siglo XXI?”
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By SILVIA, 2 noviembre 2008 @ 17:25
MUY BUENO LO REFERENTE A LA CULTURA DE LA COLABORACIÓN Y HERMOSO EL CUENTO DE LOS GANSOS. SALUDOS
SILVIA
By Alberto, 3 noviembre 2008 @ 22:32
Alberto
Creo que si, realmente es muy buena la idea de la cultura de la colaboracion,y lo importante seria ponerla en practica en todos los ambitos.Muy bueno el cuento de los gansos.
By Andres, 25 junio 2009 @ 14:34
La verdad es que el artículo es bueno, me gusta creer que la colaboración es una herramienta para crecer hacia otro lugar que, por cierto, no es el actual.
Me gusta, por otra parte, el optimismo que tenés respecto a la práctica solidaria en el ámbito de una empresa. Lamentablemente no creo lo mismo. Estimo que si se realizan (hablamos de las prácticas solidarias como una cultura, es decir, como una costumbre intrínseca no sólo a un sujeto, sino a un grupo social con características definidas), estimo, digo, que no buscarán un fin común, sino uno particular. Los fines empresariales no son colectivos.
Te envío un gran abrazo.-